miércoles, 26 de abril de 2017

18 Tips para Despedirte con Clase del Trabajo

Hay muchos motivos por los que abandonar el empleo, desde tener una oferta de empleo excelente, de esas que no se pueden rechazar, hasta sufrir a un jefe grosero y déspota, pasando por retrasos en los pagos de la nómina.


Aunque sea cual sea el motivo, es recomendable despedirse con elegancia, puesto que es una manera más de demostrar nuestra categoría profesional y personal. Todos nos esforzamos mucho para causar una buena impresión cuando accedemos a un empleo, pero no ponemos el mismo empeño a la hora de dejarlo, y ambos hitos son importantes en nuestra carrera profesional.


Para que te despidas con clase del trabajo, a continuación encontrarás 18 tips que pueden serte útiles.


18 tips para despedirte con clase del trabajo
 
 
1.- Medita cuidadosamente la decisión. Despedirte del trabajo es una decisión importante, así que no debes tomarla en caliente. Valora los pros y los contras antes dejar tu puesto de trabajo.


2.- Consulta con un abogado. Según el tipo de trabajo que realices y de las circunstancias concretas, te puede interesar consultar con un abogado. Ni te imaginas lo útil que puede llegar a ser para ti pagar una consulta sobre asuntos laborales.


3.- Vete de la empresa de la mejor forma posible. Aunque tu situación en la empresa sea pésima, ten presente que la vida da muchas vueltas, más aún en el aspecto profesional. Puedes precisar referencias, encontrarte con jefes o compañeros en otras empresas al cabo del tiempo, incluso puedes verte en la necesidad de volver a la compañía. 


4.- Ten el cuenta el momento. Despedirte justo cuando tu departamento está inmerso en un gran proyecto o en épocas de acumulación de trabajo, puede no ser la mejor opción. Los responsables de la empresa pueden percibir tu marcha en un mal momento como una venganza y, lo que es peor, cargarás con trabajo extra a tus compañeros.


Calendario
 
 
5.- Negocia. Si sabes que quieren despedirte, pero no lo hacen por motivos económicos, quizás te interese mover ficha a ti e intentar negociar tu marcha voluntaria. Así te evitarás situaciones desagradables como el mobbing y probablemente obtengas una mejor compensación económica que si acaban encontrando un motivo para un despido procedente. 


6.- Recopila información. Aunque tu obligación es ser leal a la empresa en todo momento y respetar la confidencialidad a la que te obliga el contrato y la honestidad profesional, no implica que no puedas guardar información no sensible que pueda serte útil más adelante. Puede que a partir de que comuniques tu intención de abandonar la empresa no puedas acceder a tus dispositivos o te corten el acceso a muchos de sus archivos. Esto significa que quizás no puedas recuperar nunca los manuales de los cursos de formación que hayas realizado, tus notas o incluso archivos personales.


7.- Avisa con antelación. Por una parte, la legislación laboral te obliga a respetar un preaviso (lo puedes consultar en el contrato o en tu convenio); en caso de no hacerlo, la empresa puede penalizarte económicamente. Por la otra, avisar con una cierta antelación es un gesto responsable y profesional. Si tu puesto es estratégico, deberías avisar con algo más de tiempo que el legalmente establecido.


8.- Pero no avises con demasiada antelación. Anunciar tu despido con demasiado tiempo puede funcionar en tu contra. Tú te irás sintiendo poco a poco cada vez más desmotivado y rendirás cada vez menos, así que la última impresión que dejarás entre jefes y compañeros es de holgazanería y desidia. Tus superiores pueden pensar que esa antelación excesiva es la excusa para robar información o actuar en contra de la empresa estando aún dentro.


9.- Comunica tu despido de la forma adecuada. Informa a tu jefe directo primero y luego al resto de cadena de mando. Debes hacerlo cara a cara y también por escrito. Es importante que haya una carta de despido voluntario en la que se informe de la decisión, de la fecha en la que se entrega y de la fecha en la que se desea causar baja. Pide que te den un acuse de recibo de la misma.


10.- Huye de la rumoritis. Cuando decidas irte, no lo comentes con tus compañeros en los pasillos, así evitarás que tus jefes se enteren por los cotilleos antes de que se lo comuniques tú. Esto siempre es contraproducente.


11.- Prepara tu speech de despido. Ten claro lo que quieres transmitir a tu jefe y cómo quieres hacerlo, porque es tan importante como tu speech de presentación. Habla claramente de las razones por las que deseas irte, eso sí, siempre con respeto y con cierto tacto.


Prepara tu speech de salida de la empresa
Prepara con cuidado tu speech de salida de la empresa
 
 
12.- Piensa en la contraoferta. En muchos casos, cuando comentes que quieres irte, te harán una contraoferta económica. Por eso debes meditar antes si te interesa aceptar esa posible oferta o no. Si te vas del trabajo porque hay un mal ambiente laboral, por ejemplo, éste no cambiará porque te paguen algo más. Si no interesa esa oferta, te recomiendo que no menciones el sueldo entre los motivos del despido y te centres en el resto de razones.


13.- Finaliza las tareas pendientes. O al menos todas las que puedas. Si dejas trabajo pendiente sin hacer acabará siendo un problema para tus compañeros, que tendran que añadirlo a sus tareas. Y, por otra parte, los clientes que dependiesen de ti en esos proyectos se verán perjudicados y te responsabilizarán a ti de los retrasos y fallos.


14.- Traspasa el puesto con profesionalidad. Forma e informa a tu sustituto adecuadamente, sin hurtarle la información que pueda necesitar, simplemente para fastidiar. Hay quien hace este traspaso con cuentagotas para que el sustituto no lo tenga fácil y la empresa se vea perjudicada, lo que es injusto. Aunque hay excepciones: todo lo que dependa de tu formación y experiencia profesional previa o de tu esfuerzo personal es sólo tuyo; eso no traspasa.


15.- Mantén una actitud impecable hasta el último día. Sigue trabajando con la misma intensidad y la misma profesionalidad hasta el final, porque esa será la última impresión que dejes entre clientes, proveedores, jefes y compañeros.


16.- Despídete de tus compañeros. De todos. Con algunos habrás tenido una buena relación y con otros menos buena, pero es importante ser cortés y decirles adiós a todos y darles las gracias. Nunca sabes cuándo y en qué circunstancias te les pueden encontrar más adelante. Y si puedes mantener el contacto con los más cercanos, mucho mejor.  


Despídete de todos
 
 
17.- Sé justo en las críticas. Si vas a criticar a la empresa cuando te vayas, procura que las críticas sean siempre justas y en privado. Evita hacer comentarios desagradables en grupos grandes de personas y en redes sociales, porque pueden volverse contra ti.


18.- Y, por supuesto, exige tu finiquito. Aunque no tengas derecho a indemnización y a paro al ser baja voluntaria, la empresa debe pagarte los salarios pendientes.


Ahora me despido hasta el próximo post, así, con clase... ;)





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jueves, 20 de abril de 2017

Trucos para Ahorrar en la Oficina

Si te has decidido a emprender o tienes una pequeña empresa, sabrás que el ahorro es fundamental, porque cada euro gastado de más cuenta. 


Para ayudarte a ahorrar un poco más, a continuación encontrarás algunos consejos sencillos y útiles. Muchos de ellos, incluso, los podrás poner en práctica en casa.


Vamos con ellos...


Trucos para ahorrar en la oficina


El espacio


Busca un local apropiado para tu actividad y a un precio razonable. En caso de no encontrar un sitio con un buen precio y unas buenas condiciones, puedes optar por un espacio de coworking o incluso trabajar desde casa.


Si es posible, procura que la ubicación del espacio te ayude a ahorrar. Una buena orientación puede reducir la factura de luz, calefacción y aire acondicionado.


Elige un lugar que tenga luz natural. Además de ser más saludable para los trabajadores, es mucho más económico.  


Sala de reuniones
En la oficina, mejor luz natural


Los proveedores


Elige a los proveedores de suministros que te ofrezcan mejores tarifas y condiciones de servicio. Y si es necesario ir cambiando cada cierto tiempo, no dudes en hacerlo. Electricidad, gas y telefonía pueden suponer un buen pico en tu presupuesto mensual, así que debes elegir a la compañía que te sea más rentable a ti.


Revisa cuidadosamente las facturas de los proveedores de suministros, porque te puedes encontrar con más de una sorpresa... siempre a su favor. Reclama cualquier cantidad cobrada de forma indebida y pide explicaciones si hay algo que no te cuadra.


Escoge los bancos que te cobren menos comisiones y que te ofrezcan un mejor servicio. Las cantidades que te puedes ahorrar al cabo del año en este concepto son realmente importantes, así que te conviene invertir algo de tiempo en buscar a los que más te convengan. Y no seas tímido y pide que te mejoren las condiciones estándar, en la mayor parte de los casos en las oficinas tienen cierto margen para reducir (o eliminar) ciertas comisiones y gastos. Incluso pueden ofrecer servicios extras gratis o a buen precio.


Ten más de un proveedor de referencia, así podrás comprar en el que mejor precio te ofrezca y podrás cambiar sin problemas en caso de que te suban los precios o te cambien las condiciones de servicio sin previo aviso. Lo agradecerá tu bolsillo... y tus propios clientes.


El mobiliario


Elige un mobiliario adecuado para la actividad que desarrolles, pero sin derrochar. En caso de que quieras ahorrar puedes recurrir a tiendas low cost, a la segunda mano o incluso al alquiler.


Oficina


Energía


Elige iluminación LED o lámparas de bajo consumo en lugar de bombillas de incandescencia o fluorescentes. Su consumo es menor y tienen una mayor vida  útil.


Mantén las lámparas y bombillas limpias. Aunque parezca una tontería, una lámpara sucia ilumina mucho menos que una impoluta.


Pon sensores de presencia en las zonas de paso, para que no se queden las luces encendidas sin que haya nadie en el espacio. 


Apaga las luces que no se utilicen. Tener las lámparas de la sala de reuniones permanentemente encendidas, sin que se use el espacio, es un gasto ridículo y que nadie agradece... salvo la compañía eléctrica.


Pon reguladores para adaptar la cantidad de iluminación según necesites. También es una buena idea tener lámparas indirectas que puedas usar de forma puntual cuando la precises.


Bombilla


En caso de tener varios interruptores juntos, etiqueta a qué sala pertenecen, para que no haya que ir probando hasta que se acierta, encendiendo y apagando luces de forma innecesaria.


Si tienes electrodomésticos en la oficina, procura que sean eficientes. Es mejor gastar un poco más en la adquisición y ahorrar mes tras mes en la factura eléctrica.


Utiliza regletas de las que tienen interruptor para poder apagar varios dispositivos de una sola vez, así no se te olvidará ninguno.


Usa el modo de ahorro de energía de impresoras y otros dispositivos mientras no los uses. 


Se recomienda apagar los ordenadores cuando no se usan, aunque el ahorro es pequeño. Para que te hagas una idea, un servidor gasta unos 17 € al mes encendido las 24 horas; un ordenador gasta algo menos. Lo ideal es apagarlo para períodos largos sin actividad. Para períodos cortos sin uso, es mejor suspenderlos o hibernarlos, asi también reduces el consumo en la pantalla y en el disco, aunque ganas tiempo a la hora de volverlo a poner en marcha. Así que si te vas a comer o a visitar a un cliente, te compensa más suspender o hibernar tu PC antes que apagarlo.


Calefacción / Aire acondicionado


Utiliza reguladores de temperatura para mantener la sala confortable. Se considera que los 23-25º C son los más confortables para el verano y los 21-23º C en invierno.


En el caso del aire acondicionado, lo ideal es que no esté a menos de 26º C. Cada grado de menos incrementa el consumo de forma importante. Un gran error es pensar que los grados que elegimos en el regulador son los que saldrán por el aparato de aire acondicionado, cuando no es así, puesto que los 25-26º C son los que queremos que tenga la sala, mientras que el aire que sale por la rejilla puede rondar los 12º C.


Si se trata de calefacción, lo mejor es que el espacio de trabajo tenga entre los 19 y los 23º C.


También es importante mantener un buen grado de humedad, porque influye en el bienestar de los trabajadores y en su percepción de la temperatura. Se recomienda que esté entre el 40 y el 60%.


Si se regula adecuadamente la temperatura no será necesario abrir las ventanas teniendo la calefacción puesta o tapar las rejillas del aire acondicionado, como es muy habitual en los lugares de trabajo y que supone un gasto innecesario e irresponsable. 


Apaga la calefacción y el aire acondicionado en los espacios que no estés utilizando, siempre que sea posible.


Prueba los ventiladores de uso individual. Los hay muy eficientes y que evitan encender el aire acondicionado si no hace muchísimo calor. Doy fe de que son de lo más útil.


Ventilador


Aseo


Coloca difusores de agua en los grifos de los aseos y la cocina, así ahorrarás agua sin apenas darte cuenta.


Pon sistemas de ahorro de agua en las cisternas de los inodoros, si no puedes, al menos coloca una o dos botellas de agua en el interior para evitar que se llene al máximo.


Instala secadores de manos o coloca toallas individuales en lugar de toallas o rollos de papel.


Utiliza botes rellenables para el jabón de manos en lugar de comprar un nuevo dispensador cada vez que tengas que reponerlo.


Papel


Apuesta por el formato electrónico en lugar del papel para enviar y recibir documentos, siempre que se pueda. Se ahorra papel, tinta y espacio.


Si es necesario imprimir, hazlo siempre por ambas caras.


Recicla el papel usado para tomar notas, por ejemplo.


Elige la impresora que más se adapte a tus necesidades y que sea más eficiente. Ni te imaginas las diferencias que puede haber entre los diferentes proveedores y modelos.


Impresora


Aprovecha los cuadernos que suelen regalar en conferencias y cursos para tomar notas o apuntar ideas, así evitarás tener que comprarlos.


Material de oficina


Comparte todo el material de oficina posible. En la mayor parte de los casos no tiene sentido tener una grapadora, un quitagrapas, unas tijeras, una taladradora o un dispensador de papel celo por cada trabajador.


Recicla los clips, sobres y carpetas siempre que te sea posible. Incluso los que tienen membretes de clientes o proveedores pueden utilizarse de nuevo, siempre que no se reenvíen a un tercero.


Recicla las carpetas y archivadores.


Más


Opta por el transporte público siempre que puedas, tanto para ir y volver del trabajo como para ir a visitar clientes. Si eres muy deportista (y no te importa llegar bañado en sudor a visitar a tus clientes 😉), siempre puedes utilizar la bicicleta.


Utiliza aplicaciones y herramientas gratuitas, cuando tus necesidades se puedan cubrir con la versión free en lugar de la pro.


Si tienes cafetera en la oficina, es mejor que sea de goteo o exprés en lugar de las de cápsulas. El precio de las cápsulas es mayor y su reciclaje más complicado.


¿A qué esperas para ahorrar?





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miércoles, 12 de abril de 2017

¿Sufres Diógenes Digital?

Seguro que alguna vez has visto en televisión lo que supone que alguien sufra del síndrome de Diógenes: acumulación exagerada de todo tipo de objetos en la vivienda, suciedad, desorden extremo, incomprensión y aislamiento. Y probablemente te haya impresionado y hayas pensado cómo alguien ha llegado a esa situación.


Pues salvando las distancias, puesto que todavía no está reconocido como psicopatología, la mayoría de nosotros sufrimos algo parecido... pero a nivel digital. Acumulación de información, suciedad digital, desorden... ¿te suena de algo?


A continuación encontrarás algunas claves para identificar el síndrome de Diógenes digital, sus consecuencias y cómo combatirlo


¿Sufres Diógenes digital?


Cómo identificarlo


Para saber si estás acercándote a sufrir el síndrome de Diógenes digital hazte estas preguntas:


  • ¿Te descargas y guardas información de todo tipo por si acaso, sabiendo que probablemente no te sea de utilidad ahora ni en el futuro?


  • ¿Necesitas descargarte y guardar información de forma obsesiva?


  • ¿Tienes tantas cosas guardadas que cuando realmente necesitas algo te cuesta encontrarlo?


  • ¿Pasas más tiempo intentando organizar la información que dándole uso?


  • ¿Te provoca ansiedad no poder utilizar toda la información que guardas?


  • ¿Tu ordenador, tu tablet o tu teléfono móvil cada vez va más lento y te aparecen cada dos por tres alertas porque el espacio de almacenamiento está casi al límite?


Si has respondido afirmativamente a más de una de estas preguntas, cuidado, te has convertido en un acumulador digital.


Consecuencias


Los resultados de la acumulación obsesiva de información son entre otros:


  • Ansiedad por no poder atender todo el material acumulado.


  • No poder acceder a información importante cuando es necesario, porque el desorden impide encontrarla.


  • Reducción de la productividad en el trabajo o el tiempo que dedicamos a familia y amigos, al dedicarle horas y horas a descargar y organizar información inútil.


  • Dispositivos lentos porque se llega a consumir la mayor parte del espacio de almacenamiento.


  • Poner en bandeja información sensible (que probablemente ni sabías que tenías) a los cibercriminales que puedan atacar tus dispositivos.


Cómo evitarlo


Ten presente que en Internet tienes todo tipo de información disponible, en cualquier momento y en (casi) cualquier lugar. ¿Para qué guardar entonces material al que puedes acceder cuando lo necesites?


Borra de tu mente que el que sea gratis implica que tengas que descargarte y guardar todo lo que llega a tu dispositivo.


Cuidado: piensa dos veces antes de descargarte algo innecesario


Ten especial cuidado con las apps, películas, series, libros, manuales, vídeos y fotos... sobre todo las fotos. Son la máxima tentación para cualquier acumulador digital. 


Haz el esfuerzo consciente de clasificar el material cuando llegue a ti entre útil y descartable, evitando el por si me hace falta en algún momento


Crea un sistema de archivo claro y eficiente. Evita las carpetas de varios, porque es la excusa perfecta para almacenar cualquier cosa en ellas. De ese modo te será más fácil qué guardar y dónde hacerlo.


Date de baja en newsletters y listas de distribución que realmente no te interesan y que pueden suponer una tentación de guardar material sin ton ni son.


Etiqueta los mensajes en tu correo electrónico. De ese modo te será más fácil atender los que sean importantes, retrasar los de prioridad media y borrar los que realmente no te interesen.


Utiliza filtros antispam para poder limpiar tu bandeja de correo de forma más sencilla.


Dedica un tiempo cada día, aunque sea poco, a deshacerte de material que no necesitas. Si tienes mucha información inservible, te conviene dividir la tarea en partes, para que resulte más fácil. Por ejemplo, cada día revisa una carpeta o divídela en partes en caso de que sea muy grande.


Borra todo lo que sea de uso puntual y que sea previsible que no vuelvas a utilizar nunca más. 


No envíes información innecesaria a los demás, así no contribuirás a la acumulación ajena.


Si por tu trabajo necesitas guardar realmente mucha material, hazte con sistemas de almacenamiento externos para no sobrecargar tus dispositivos.


Sistemas de almacenamiento


Recurre a herramientas de almacenamiento, pero no las utilices también para acumular sin control. También debes elegir cuidadosamente qué guardar y hacer limpiezas periódicas.  


Y esto es todo, ahora me voy a hacer limpieza de archivos. Creo que voy a empezar por todo lo que tengo acumulado en Pocket...





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miércoles, 5 de abril de 2017

Consejos para Preparar Tu Búsqueda de Empleo

Si estás buscando empleo, tanto si es porque te has quedado en paro como si lo que quieres es un puesto mejor, sabrás mejor que nadie que es una tarea complicada.


Circunstancias como el aumento de la demanda de trabajo, mientras que la oferta cada vez es menor, los requisitos cada vez más exigentes que piden las empresas a los candidatos o los puestos de trabajo que desaparecen por la tecnología, ponen muy difícil hacerse con un buen empleo... o directamente hacerse con uno, ya sea bueno o malo.


Para tener éxito en esa búsqueda es fundamental comenzar por el principio, por la preparación. Por eso quiero darte unos consejos que quizás puedan ayudarte.


Así que, preparados, listos, ya...


Consejos para preparar tu búsqueda de empleo


El análisis


Analiza los motivos por los que quieres encontrar un empleo. Tener claro el porqué, te ayudará a enfocar tu búsqueda de trabajo y a motivarte día a día; tanto si lo necesitas para pagar la hipoteca como para dar un paso más en tu proyecto profesional o personal.


Estudia cuidadosamente (y de una forma sincera) tus conocimientos, habilidades y experiencia.


Analiza de forma honesta cuáles son tus defectos, tanto en el terreno personal como profesional. 


Piensa en qué te hace único, en qué valores puedes aportar a una empresa.


Valora el tipo de trabajo al que quieres acceder. Aunque necesites encontrar urgentemente un empleo, antes de comenzar a buscarlo deberías plantearte no sólo lo que necesitas, sino lo que te gustaría conseguir. Analiza cuál sería el puesto que desearías, el que podrías aceptar y el que rechazarías sí o sí. Esto no quiere decir que no aceptes un trabajo no cualificado (y mal pagado) si te interesa en un determinado momento, pero siempre porque esté dentro de tu planificación laboral, no porque te vayas a quedar permanentemente con lo que salga.


La filosofía


Ten presente que la búsqueda de trabajo ya es un trabajo en sí mismo. No pienses que estás perdiendo el tiempo, sino invirtiéndolo.


Buscando trabajo


Plantéate que buscar un empleo es una tarea que requiere tiempo, esfuerzo e ilusión. Si no pierdes de vista que se trata de una carrera de fondo en lugar de un sprint, evitarás el desánimo, al menos en cierta medida.


La búsqueda de trabajo no es más que un ejercicio de marketing en el que la única finalidad es vender un único producto: tú.


Sé flexible. Puede que se te presenten oportunidades interesantes y en las que tú no habías pensado, así que no las deseches automáticamente. Valóralas cuidadosamente y luego decide. 


En caso de que te veas obligado a aceptar un puesto que está por debajo de tus expectativas y capacidades por necesidad, no te desanimes y considéralo como un escalón para alcanzar el puesto que te mereces, no como algo definitivo.


Olvídate de eso de echar currículums, es algo que ya no funciona. Hacer decenas de fotocopias de tu CV y enviarlas de forma masiva por correo o ir a entregarlos en mano es una estrategia obsoleta y equivocada. Hay tantas personas buscando trabajo, que es imprescindible diferenciarse y actualizarse para conseguirlo.


La preparación


Si detectas carencias en tu formación que pueden alejarte del trabajo que deseas, ponte manos a la obra inmediatamente. No es necesario que hagas cursos y másters sin ton ni son, pero sí que dediques tus esfuerzos a adquirir los conocimientos que te pedirían en tu trabajo ideal.


Si hablar en público no es lo tuyo, aprovecha este momento para trabajar esta habilidad, porque la vas a necesitar durante la búsqueda de empleo... y siempre. 


Procura convertirte en la mejor versión de ti mismo. Si sientes seguridad en quién eres y de lo que eres capaz, ¿quién te va a parar a la hora de encontrar el trabajo que deseas?


Preséntate como profesional de la forma más específica posible, cuanto más genérico seas, más competencia tendrás. No es lo mismo presentarte como desarrollador de aplicaciones, que desarrollador de aplicaciones para eventos y congresos, de los primeros habrá muchos, de los segundo probablemente menos.


Establece una estrategia de negociación para tu salario. Si estás preparado para negociar un mejor sueldo con tu posible empleador, te será más fácil conseguirlo.


Revisa tu CV y si es muy antiguo, lávale la cara. Y hazlo de forma periódica, para tenerlo siempre actualizado. De hecho, quizás debas adaptarlo según la empresa a la que te dirijas o al puesto al que quieres acceder.


Revisa tu currículum


Sé coherente a la hora de presentar tu currículum. Por ejemplo, si optas a un trabajo creativo, presentar una plantilla cutre anticuada en blanco y negro no es la mejor tarjeta de presentación.


Haz un listado de empresas en las que te gustaría trabajar y estúdialas antes de solicitar trabajo.


Prepara una estrategia de búsqueda de empleo en las redes que te más te puedan interesar según el empleo que busques. Puede ser entre tus conocidos y amigos, en Linkedin u otras redes sociales, en plataformas de oferta y demanda de trabajo, en lanzaderas de empleo, etc.


Una vez establecida la estrategia en las redes, crea contenidos adecuados para cada una de ellas. 


Enseña lo que sabes. Abre un blog profesional, comparte contenidos en redes sociales, escribe artículos para otros... Es casi como entregar muestras de un perfume para que luego otros lo compren.


Si puedes, averigua los datos de la persona concreta a la que dirigirte dentro de la compañía que te interese. Si puedes dirigirte a alguien con nombre y apellidos, en lugar de dirigirte al Departamento de RR.HH., el resultado de tu contacto inicial tiene más papeletas para ser fructífero.


Prepara cuidadosamente cada entrevista. Apréndete tu CV, piensa en cada pregunta que te puedan hacer y en la respuesta que darás, practica tu dicción y un lenguaje gestual apropiado, aprende a darle la vuelta a tus defectos para presentarlos como posibles virtudes, etc.


Desarrolla argumentos para defender tu CV ante el entrevistador.


Prepárate una presentación profesional breve, un elevator pitch laboral por así decirlo, porque la oportunidad laboral puede surgir en cualquier lugar y cualquier ocasión. Debe captar la atención de tu interlocutor, pero no debes perder de vista que no es una entrevista, así que es conveniente que sea breve.


Prepara un elevator pitch


Establece unos objetivos semanales. Plantéate cuántas llamadas, visitas, asistencia a eventos de networking o envío de CV quieres hacer cada semana.


Cuida tu imagen personal. Procura que tu aspecto sea el adecuado para el puesto que quieres alcanzar, no el que refleje tu situación actual. Ojo, esto no quiere decir que debas gastar mucho dinero en ello si no lo tienes, sino que te esfuerces en pulir al máximo tu imagen con tus recursos actuales.


Rodéate de personas positivas, que te aporten energía y motivación mientras buscas trabajo. Y, claro, aléjate de las personas negativas y pesimistas, porque te acabarán contagiando.


Si puedes buscar trabajo en compañía, mucho mejor. Es casi como ir al gym, hacerlo en compañía motiva mucho más que hacerlo en solitario. Crear un pequeño grupo de búsqueda de empleo puede ser una buena elección.


Espero sinceramente que estos consejos te ayuden a encontrar el trabajo que deseas. 


En un próximo post compartiré contigo algunas recomendaciones para enfrentarte a una entrevista de trabajo.





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